
Esta foto fue tomada ayer en una preciosa playa de Ribadeo
El fotógrafo en la naturaleza. Guía completa para la Era Digital es el título de este nuevo libro publicado por el fotógrafo español José B. Ruiz, fotografo de National Geographic, la BBC, entre otros. Es el fotógrafo español de naturaleza más premiado internacionalmente.
En este libro que reúne más de 1.000 fotografías de la naturaleza, JBR no sólo se limita a mostrarnos la genialidad de su fotografía, sino que cada imagen cuanta con un detallado texto que explica las condiciones en las que fue captada la imagen.
Esta publicación es un manual en donde de describen consejos sobre cómo realizar un reportaje fotográfico al aire libre, teniendo en cuenta encuedre, equipos a utilizar, trucos para iluminación y demás secretos del oficio.
Co-Editan JdeJ Editores y Fine Art Editions
Páginas: 416 con más de 1.000 imágenes
Tapa dura y sobrecubierta
Índice: La cámara / El uso de los objetivos / Entender la luz / Profundidad de campo / La velocidad de obturación / Estabilidad / El uso del flash / Los filtros / En la naturaleza / El paisaje / La vegetación / Fotografiar la fauna / Macrofotografía / Fotografía submarina / Fotografía nocturna/ La composición / El reportaje / El transporte del equipo / Flujo de trabajo en digital / La gestión del color / El fotógrafo profesional.
PVP: 55 euros
De venta en librerías, grandes superficies y en su web.
En mi modesta opinión, muy recomendable al que le guste la fotografia de naturaleza. Un buen regalo para pedirle a los Reyes Magos.
Está, eso si, en inglés. Pero si habéis leído antes la guía, seguro que os queda absolutamente claro el proceso aunque no entendáis nada de lo que dice.
Busca una mesa donde colocar la cubeta con agua y fija el trípode al suelo, de modo que la cámara quede a la altura de la cubeta, un poco por encima de ella.
Coloca el folio por detrás de la cubeta. Con ello crearemos un fondo uniforme y nos servirá además para rebotar la luz del flash.
Busca algo donde fijar la bolsa de plástico por encima de la cubeta, a una cierta altura. Puede ser una estantería, o un flexo al que fijes la bolsita con una pinza. Las gotas las dejaremos caer desde la bolsa a la cubeta, con lo que manteniendo la bolsa colgada en un punto fijo conseguiremos controlar que la gota caiga siempre en el mismo sitio, con lo que no tendremos que preocuparnos de enfocar más de una vez.
Asegurate de que la bolsa queda bien fijada. Si durante el ejercicio se desprendiera y cayera desde lo alto a la cubeta puede salpicar mucho agua y tu cámara puede salir mal parada.
Puedes usar una de esas bolsas pequeñas que tienen un sistema de cierre basado en una especie de cremallera plástica. Si no tienes ninguna, puedes usar una bolsa normal a la que llegado el momento le haremos un agujero para que salga el agua, aunque tiene el inconveniente de no permitir controlar el flujo.
Antes de fijar el trípode comprueba que todo el montaje está en orden y que las gotas caen en el punto elegido.
Situa el flash en un lateral, apuntando al papel usado como fondo, de forma que la luz quede rebotada. Conecta el trigger y el receptor en flash y cámara y comprueba que funciona.
Ahora ya estás en disposición de colocar la cámara y el trípode y conectar el disparador remoto a la cámara.
Lo primero que debemos hacer es fijar el enfoque de la cámara. En esta ocasión trabajaremos con el enfoque manual.
Para esto es para lo que necesitamos el bolígrafo.
Como hemos fijado nuestro montaje de modo que las gotas siempre caen en el mismo sitio, con ayuda del bolígrafo fijaremos el enfoque. Para ello introducimos el boligrafo (o el lapiz, o la varilla; el objeto que tengamos a mano) en el agua dejando la mitad fuera, justo en el punto en el que cae la gota, de modo que tengamos un punto fijo para el enfoque. Una vez enfocado ya podemos retirar el bolígrafo.
La parte esencial a tener en cuenta de cara a la configuración de los parámetros de la cámara es el tiempo de exposición.
Necesitarás un tiempo lo suficientemente pequeño como para congelar el movimiento. En mi caso he usado 1/160.
Puedes usar una apertura media. Haz pruebas, ya que dependiendo de la focal que uses y la distancia de la cámara al agua la profundidad de campo variará.
Pulsa el botón de disparo cuando veas que cae la gota. Cuando hayas hecho varios intentos irás cogiendo el momento exacto en el que debes pulsar.
Revisa en la pantalla de tu cámara que la foto se ha realizado correctamente y sobre todo comprueba que la velocidad y la exposición son las adecuadas.
Las formas que van a ir teniendo las gotas de agua dependerán fundamentalmente de la forma de la cubeta, la profundidad, y la altura desde la que hagamos caer las gotas de agua.
Es preferible que utilices una cubeta o un barreño antes que un plato, porque si la profundidad es insuficiente no conseguirás que las gotas adquieran las formas tan características al salpicar, y en lugar de eso lo que probablemente consigas es una salpicadura horizontal que acabe mojando tu equipo.
En cualquier caso, como es un accesorio que deberías tener por casa, lo mejor es que te des una vuelta identificando posibles accesorios que puedan servir para tu fin. Antes de realizar todo el montaje llenalos de agua y prueba a dejar caer gotas para tratar de identificar las formas que dibujan en el aire.
La primera de las claves para conseguir aspectos muy interesantes en tus gotas de agua es la iluminación.
En fotografía la luz lo es todo, y probablemente ya hayas descubierto que en función del ángulo y el tamaño de la luz las formas y su aspecto varían considerablemente.
Por ello, no te quedes con el esquema básico de iluminación que hemos usado y haz tus propias pruebas, situando la fuente de luz en otros puntos, rebotándola de otra manera e incluso usando varias fuentes de luz diferentes si puedes.
La segunda clave es el fondo.
Para el ejercicio hemos usado un folio en blanco, pero puedes probar con cartulinas de colores u otros materiales que puedas encontrar por casa. El aspecto final de las fotos dependerá del color de la cubeta y el color de fondo que hayas utilizado.
Otra idea para practicar con el mismo montaje (muy parecido) es dejar caer gotas de agua en objetos. Por ejemplo, puedes crear una composición con alguna pieza de fruta y aplicar la misma técnica, dejando caer siempre las gotas en el mismo punto. Frutas como peras, manzanas o melocotones combinan muy bien con el agua (en general, cualquier fruta que se pueda comer con piel y lavemos antes de llevarla a la boca) por la asociación de frescura y limpieza.
También puedes probar dejando caer cubos de hielo o frutas dentro de vasos.
Lo primero que debes hacer es enterarse sobre cuando sale o se pone el sol en la zona en la que estés pensando hacer las fotos.
Existen sitios en Internet como http://www.largeformatphotography.info/sunmooncalc/ donde podrás consultar la hora exacta de la salida o la puesta de sol. Sabiendo exactamente la hora a la que sale o se pone el sol podrás planificar con antelación tu salida para terer todo el equipo preparado cuando llegue el momento.
Llegando con tiempo suficiente al sitio que hayas elegido para fotografiar, podrás buscar el mejor lugar desde el que hacer las fotos. Haz varias pruebas de encuadre hasta dar con el sitio desde el que tomar las instantaneas.
Si las condiciones de luz lo requieren, y es probable que lo hagan, necesitarás un trípode.
No olvides cogerlo cuando prepares todo el material fotográfico.
Es preferible hacer exposiciones más largas con la cámara fijada al trípode que tener que utilizar sensibilidades ISOmás altas para poder hacer las fotos sin necesidad de trípode.
Ya que te has tomado el tiempo necesario para preparar el material, buscar el sitio para hacer las fotos y estar a la hora exacta, no repares en hacer las pruebas que necesites con los parámetros de la cámara.
Prueba a disparar con algún modo que te permita ajustar la velocidad de obturación o la apertura del diafragma en lugar de usar el modo automático.
También es bueno que ajustes la compensación de la exposición, ya que habrá un contraste muy fuerte de luces y sombras si el sol sale directamente en la foto.
Aqui ya nos vamos a recomendaciones sobre composición fotográfica. Y esta es la más básica de todas.
No pongas el sol justo en el centro de la foto. En lugar de eso, aplica la Regla de los Tercios para intentar llevarte el sol a uno de las intersecciones donde el punto de interés genera más atención.
Ya que estamos haciendo fotos de paisajes, vamos a aplicar la Regla del Horizonte. En lugar de hacer que el horizonte divida en dos partes iguales la foto, vamos a subir o bajar el horizonte para romper esa simetría.
El objetivo que elijas, o más concretamente la distancia focal que utilices, determinará el tamaño que tendrá el Sol en la fotografía.
Utiliza un gran angular si quieres que el sol salga pequeño.
Si quieres que salga más grande, usa mejor un teleobjetivo.
Los filtros tienen un montón de posibilidades en muchos tipos de fotos, pero en fotografías donde tenemos el sol de cara el uso de filtros puede hacer aparecer molestos reflejos en la foto.
Así que es mejor que prescindas del filtro del objetivo en esta ocasión. Si lo usas para proteger la lente de polvo y rayaduras, pon un poco de cuidado al manejarla esta vez. Si pensabas usar el filtro para aplicar algún efecto de color, tal vez sea mejor simumarlo en el postprocesado de la imagen.
En este tipo de fotos suele resultar una buena práctica bajar un pelín la exposición para conseguir unos colores más intensos y algo más de contraste. Siempre puedes hacer la prueba para ver que tal resulta.
Ya te lo contamos en un extenso artículo dedicado a fotografiar siluetas. Como lo que va a salir en la foto es el contorno de la persona a la que fotografies, es preferible que se coloque de perfil.
El rostro muestra sus rasgos más característicos cuando se mira de lado en lugar de hacerlo de frente.
Vigila la línea del horizonte si sacas una silueta para que no pase justo a la altura del cuello. Si no lo haces, el efecto creado será algo extraño y restará fuerza al motivo.
La regla de los tercios consiste en dividir la imagen en tres tercios imaginarios horizontales y verticales. Los cuatro puntos de intersección de estas líneas fijan los puntos adecuados para situar el punto o puntos de interés de la foto, alejando éste del centro de la fotografía.
Cada uno de estos cuatro puntos de intersección se denominan puntos fuertes. Cuando estemos haciendo una foto, si solo existe un único punto de interés, es preferible situarlo en uno de los cuatro puntos de intersección mencionados en lugar de hacerlo directamente en el centro de la foto.
Esto suele generar mayor atracción en el espectador que cuando el centro de interés esta en el mismo centro de la fotografía.
Lo normal es aplicarlo al hacer la foto.
No te preocupes si al principio no identificas bien a través del visor o la pantalla de tu cámara dónde se encuentran esos puntos imaginarios. Es normal que al principio te cueste un poco, pero con el tiempo irás cogiendo práctica.
Algunas cámaras réflex traen unas guías en el propio visor que ayudan a tomar referencias.
Hay quien pega en la pantalla una pegatina transparente sobre la que hace unas marcas. Como ayuda puede serte útil, pero sinceramente no lo creo necesario.
La regla de los tercios es un medio simple de aproximación a la proporción áurea, una distribución del espacio dentro de la imagen que genera una mayor atracción respecto al centro de interés.
No obstante, recuerda siempre que las reglas de composición están hechas para romperlas. Esta regla no tiene aplicación en todos los casos.
Tal vez la expresión composición no sea la más acertada para describir los elementos de los que voy a hablar. Ciertamente, la composición en fotografía debería ser independiente de la hora del día a la que trabajemos. De hecho, cualquiera de los consejos y conceptos de composición que te hemos dado alguna vez sirven para hacer fotos por la noche.
Pero si que hay una serie de elementos que, bien aplicados, llevarán a tus fotos un punto más allá, dandole un atractivo que dificilmente se puede conseguir de día. Así que, allá van.
Ya te he hablado de ella en alguna ocasión. La hora azules ese momento mágico que transcurre más o menos desde media hora antes de la puesta de sol hasta media hora más de la puesta.
Durante ese tiempo, el cielo comienza a adquirir un tono azul intenso que da mucha fuerza al cielo, dotando de un atractivo especial a la foto.
Una de las cosas que más me gustan de la fotografía con exposiciones largas es la posibilidad de añadir elementos de interés o eliminar puntos de distracción gracias al movimiento en las largas exposiciones.
En el caso de fotografía urbana, es muy normal que estemos haciendo fotos en sitios donde hay mucha gente. Con esas exposiciones prolongadas podemos conseguir que las personas aparezcan como sombras o halos.
De nuevo en fotografía urbana, lo que durante el día sería un molesto coche parado en medio de nuestro encuadre rompiendo el encanto del momento se puede convertir durante la noche en una fantástica estela de luz.
Son tan irresistibles que en sí mismas se convierten en un tipo de fotografía nocturna. Si puedes, aprovéchate de ellas en tu composición para añadir atractivo e interés a tu foto.
Los reflejos funcionan de fábula en la fotografía nocturna. Si de por sí las luces son atractivas, las luces reflejadas multiplican ese atractivo.
Si dispones de agua en la escena que permita reflejar las luces, no lo dudes. Utilizala.
Debido a la rotación de la Tierra, las estrellas no se encuentran en puntos fijos en el cielo, sino que producen el efecto de moverse en el cielo. Para poder fotografiar el rastro que las estrellas dejan en el cielo, lo único que teóricamente necesitas es una cámara que puedas fijar al suelo y que realice una exposición por un periodo prolongado de tiempo.
Las estrellas generan la sensación de moverse alrededor de los Polos Norte y Sur. Las estrellas que se encuentren más cercanas a un Polo darán la sensación de encontrarse más estáticas, mientras que las que se encuentren más cerca del Ecuador celeste crearán una sensación de movimiento mayor. Este movimiento es de aproximadamente 15 grados por hora, por lo que si quieres una fotografía con arcos de 30 grados deberás fijar un tiempo de exposición de 2 horas.
Para poder hacer fotos de estrellas donde quede reflejada la estela provocada por su movimiento, necesitarás el siguiente material:
Frente a la fotografía tradicional, los primeros intentos de realizar estas largas exposiciones con cámaras digitales se veían frustrados por un problema muy serio: las exposiciones largas generaban un sobrecalentamiento del sensor que se traducía en la aparición de luz parásita provocada por el mismo calor del sensor.
Hubo gente que trabajó en sistemas de refrigeración de la propia cámara, algo que, cuanto menos, da un poco de miedo (o acaso destriparías tu cámara para tratar de dar mayor ventilación a su interior?).
La solución a este problema pasa por un procesado posterior de las fotos.
En lugar de realizar una única toma de varias horas de duración, se trata de realizar muchas tomas y fusionarlas posteriormente con un buen programa para fotos.
Después de la jornada de trabajo, puedes dusionar las fotos con distintos programas.
Las fotografías de estrellas, cuando están bien hechas, pueden resultar muy atractivas. Solamente hay que tener una serie de elementos en cuenta:
Para conseguir un un efecto curvilineo, apunta a cualquier parte del cielo.
Si lo que deseas es conseguir una foto en la que las estrellas tracen círculos alrededor de un punto, centra ese punto en la Estrella Polar o en la Cruz del Sur, según en el Hemisferio en el que estés.
Piensa en introducir algún elemento adicional en el encuadre que de fuerza a la foto. Una foto que muestre únicamente el cielo puede resultar un tanto sosa, una vez asimilado el efecto de la traza de las estrellas.
Piensa en una composición en la que aparezca la linea del horizonte, introduciendo un punto de interés en la tierra. Puede ser un arbol, una planta, una formación rocosa, una casa...
Para ello tienes varias opciones:
También puedes comenzar la foto con el diafragma abierto al máximo y, tras uno o dos minutos de exposición, cerrar el diafragma al máximo (con muchísimo cuidado, eso sí, para no mover la cámara) y continuar así la exposición hasta su finalización. Con esto conseguirás puntos de luz más amplios seguidos por una estela más fina.